sábado, 12 de diciembre de 2009

MODA ACTUAL

La característica principal de la moda que nos es contemporánea, contemplada su producción desde el punto de vista del profesional, es que se encuentra ya totalmente industrializada y vinculada a otras organizaciones empresariales de diversos sectores industriales, comerciales, de servicios, de finanzas, al menos en lo que se refiere a las firmas de moda más importantes; únicamente la casa Chanel conserva todavía su independencia. La verdadera moda en el mundo entero la marcan, cada temporada, no más de media docena de poderosas firmas que se apoyan en un gigantesco potencial económico. Ésta es la primera línea de moda actualmente: su concentración en la producción y su diversificación en el producto. Junto a ella hay otras dos corrientes que sacian el consumo de producto de moda: una es la formada por los grandes almacenes, productores y distribuidores de la moda de consumo popular (adaptadores de las tendencias marcadas por los maestros) y fabricantes del prèt-à-porter con etiquetas exclusivas, pertenecientes a diseñadores de cierto prestigio; la otra la componen diversas cadenas de tiendas de moda pronta, proveedoras de un producto de bajo precio aunque con distinción, individualizado en la marca y colectivizado en el consumo. La ampliación de la oferta de productos de moda es característica común a las tres vertientes, las grandes firmas de moda, las cadenas de tiendas de marca y los grandes almacenes (son su naturaleza la abundancia y la diversidad).

En el principio aparecieron los perfumes junto a la alta costura, la lencería, los bañadores, la zapatería y alguna incursión en la ropa deportiva; pero actualmente se ha generalizado y los trust, emporios, holdings, potencias de moda, o como quiera que se apode a esas famosas marcas, venden los más variados productos. De las tres corrientes de moda, la línea maestra y las otras dos secundarias, debe extraerse la lección, por otro lado decididamente positiva, consistente en que, si bien las circunstancias han desaconsejado la artesanía en cuanto a creatividad, exigen, por contra, una terminante profesionalización en el mundo de la moda, que incumbe tanto al diseñador como al empresario, al patronista, al operario de taller y al vendedor, porque los medios de producción son caros, la calidad se hace inseparable del precio del producto y los financieros de esta industria exigen en ella racionalización a ultranza. Los principios expuestos en la época de los 60-70 desembocan en el inicio de lo que nos es contemporáneo: la gran producción de obra artística en todos los campos de la creación humana. Producción que se multiplica no sólo con el aumento de obra original sino con la reproducción seriada de originales.

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